Mayo en Uruguay es el mes dedicado a las madres: promociones, descuentos, tentaciones para comprar, para que nos regalen “algo”…
Pero a veces, las mamás necesitamos algo más de lo que podamos comprar o recibir como regalo (siempre bien recibido, ya lo sé, antes que alguna me diga que soy una cortamambo ;)).
A veces, necesitamos encontrarnos a nosotras mismas!
Y eso sólo se encuentra dentro nuestro, o simplemente con nosotras.
Cuando somos mamás, asumimos muchas responsabilidades y tomamos decisiones que aunque sean elegidas a conciencia, a veces implican que posterguemos proyectos, o aminoremos la marcha en el desarrollo profesional, dejemos estudios, trabajos, y hasta relaciones y cuidado personal de lado para nuestro proyecto más importante en ese momento: SER MADRES.
Y está muy bien… hasta que sintamos que necesitamos otra cosa… hasta que el traje de súper mamá nos quede incómodo cuando pasemos a otra etapa, o hasta que nos demos cuenta de que nos dejamos en 3° plano al momento de cuidarnos. Pero como además, nos culpamos por sentirnos así, es posible que sigamos como si no pasara nada, o hasta sin percatarnos de lo que nos pasa de verdad.
A las responsabilidades y corridas diarias de una mamá (comida, hogar, deberes, actividades de los niños, cumpleaños, regalitos, reuniones, trabajo) se suman muchas creencias, mandatos, actitudes que hemos asumido como propias, modelos que hemos seguido e incorporado… y que podrían ser obsoletos en algún momento.
Lo más triste, es que muchas veces “solo” nos sentimos cansadas, desmotivadas, irritables, sin darnos cuenta de que no es lo de afuera lo que nos hace sentir así, sino que el malestar es NUESTRO.
Muchas mujeres podemos experimentar ansiedad, mal humor, frustración y hasta depresión, porque no estamos viviendo nuestra vida como realmente quisiéramos, ni siendo quienes alguna vez fuimos o soñamos ser.
Pero ¿nos damos cuenta de esto tan fácilmente?
La verdad es que no.
No es tan fácil darnos cuenta y reconocer que en realidad estamos actuando por inercia, ya sea por lo que creemos que es lo que está bien, o porque queremos hacer todo lo contrario de los modelos que tenemos (depende cómo “te pegue” tu experiencia).
No es tan fácil asumir (y hacer realidad) que queremos algo más que “ser mamás”, que necesitamos tiempo para nosotras, desarrollarnos como personas, tener relaciones e intereses fuera de la familia, proyectos propios y más autonomía.
No es tan fácil darnos los espacios que merecemos, teniendo en cuenta las necesidades de nuestros hijos, nuestra pareja, la familia y las nuestras, con equilibrio.
Por otra parte (con consecuencias similares), reconociendo en primer lugar que hay etapas más demandantes de un hijo, que requieren nuestra atención y energía, también tenemos que asumir que las mamás muchas veces hasta nos jactamos de no tener tiempo para nada, de vivir para nuestros hijos, de ser las ÚNICAS que “nos ocupamos” de ellos y de la casa, de no ser dueñas de nuestros tiempos… y podríamos preguntarnos hasta dónde eso es así porque lo elegimos de verdad y lo disfrutamos, o porque:
– tenemos el traje de “súper mamá” que no permite que otros se ocupen y compartan las responsabilidades con nosotras,
– no valoramos las oportunidades de hacerlo porque creemos que seríamos “menos madres” o “malas madres”…
– no nos valoramos a nosotras mismas lo suficiente para poner límites y pedir/aceptar ayuda
Aunque el por qué puede tener mucha variación, si te pidiera que pienses en algún caso de estos, seguro conocés más de uno (o podrías ser uno de ellos).
Y ni hablemos del efecto que puede tener en nuestras vidas asumir este rol sin filtrar nuestras creencias de lo que es “ser madre”.
Podemos llegar a ser solo “UN rol con patas” y olvidarnos de que nuestro bienestar depende de un EQUILIBRIO entre VARIAS ÁREAS y roles (llámense pareja, trabajo, estudio, salud física y mental, social, familia, ocio, hobbies, etc.).
En estos días de bombardeo publicitario por el Día de la Madre, que a veces hasta nos puede hacer sentir peor aún porque no nos parecemos siempre a las de la tele (lindas, arregladas, sonrientes y re felices), te invito a que pienses en vos, como mujer, como persona, que no se define ni termina en «ser mamá», aunque esto sea lo más lindo que tengas en tu vida.
Es importante que mamá esté bien para que todo en el hogar ande mejor. Decime si no es así…
¿Qué esperás entonces para Descubrirte y ser realmente quien podrías ser?
Ah! y no importa tu edad, ni la de tus hijos. Siempre es un buen momento para conocernos, entender qué nos pasa, detenernos a pensar en qué necesitamos, e inclusive para perdonar si fuera necesario. Porque darnos cuenta de algunas cosas, nos saca mochilas de encima y nos permite ver nuestra propia historia desde otro lugar, que nos sirva para construir y no para seguir repitiendo patrones que no elegimos.
Te espero en Descubrite y en el Spa Eureka para que pienses y empieces a actuar para aumentar tu Bienestar!
Mientras tanto: Feliz Día de la Madre si te toca celebrarlo este mes, y disfrutá TAMBIÉN de los regalitos y mimos de esos que te llenan el alma y te hacen olvidar de las rabietas y las ganas de salir corriendo de casa que TODAS las mamás hemos sentido más de una vez ;).
Besoooo,
Lorena